Argentina y Singapur firman acuerdo de cielos abiertos: los vuelos directos entre Buenos Aires y Singapur pronto podrían ser una realidad
Tras años de diplomacia de "tú primero" y numerosos vuelos de conexión, Argentina y Singapur finalmente firmaron un acuerdo de cielos abiertos, un término sofisticado de la aviación que básicamente significa "basta de trámites, ¡a volar ya!". El acuerdo despeja la pista para vuelos directos entre el Aeropuerto Ezeiza de Buenos Aires y el Aeropuerto Changi de Singapur, poniendo fin a décadas de conflicto por la distancia.
La tan esperada ruptura (con escalas)
Hasta ahora, viajar entre ambos países era como una relación a larga distancia: caro, complicado y lleno de escalas en lugares que en realidad no querías visitar. Las aerolíneas argentinas no podían volar más allá de Singapur, lo que significaba que los viajeros debían recurrir a rutas creativas y mucha paciencia. ¿Pero ahora? Esos tiempos quedaron atrás. El nuevo acuerdo elimina las restricciones sobre el número de vuelos, la frecuencia y los tipos de aeronaves, dando a las aerolíneas la libertad de volar con la frecuencia (y la forma más directa) que deseen.
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Por qué es tan importante
Esto no solo beneficia a los viajeros frecuentes, hartos de maratones de viajes de 30 horas. También supone un gran impulso para el turismo y el comercio. Con las puertas abiertas, el vino, el tango y la carne argentinos están a punto de hacer su entrada triunfal en el Sudeste Asiático, y los selfies con cangrejos al ajillo y el horizonte de Singapur podrían inundar pronto las publicaciones de Instagram desde Buenos Aires. El acuerdo también posiciona a Singapur como la plataforma de lanzamiento perfecta para que las aerolíneas argentinas conecten con el resto de Asia, algo que ha estado prohibido desde la década de 1990.
Que Viene Próximamente?
El mundo de la aviación rebosa de posibilidades. Los vuelos directos entre ambas capitales reducirían drásticamente el tiempo y los costos de viaje, facilitando tanto a turistas como a viajeros de negocios el intercambio entre hemisferios. Singapore Airlines pronto podría traer su impecable servicio y sus brochetas de satay a Buenos Aires, mientras que las aerolíneas argentinas podrían finalmente extender sus alas por Asia.
Como lo expresó una persona de la industria (probablemente mientras saboreaba un Malbec): “Esto no son sólo cielos abiertos: son oportunidades abiertas”.
Así que abróchese el cinturón, porque pronto su viaje del tango al techno, del mate al matcha y de Buenos Aires a Singapur podría estar a solo un vuelo tranquilo y sin escalas de distancia.
